Quiero comenzar este artículo con una pregunta para ti: ¿Tienes una pareja o una relación?
Quizás hasta ahora no te lo hayas planteado, pero, de hecho, cada vez son más las personas que confunden el significado entre pareja y relación.
Según la definición de la Real Academia de la lengua española, una pareja la conforman dos personas, por lo que, otros vínculos basados en relaciones abiertas o poliamor no serían pareja sino relaciones.
Como ya te expliqué en mi post anterior (link “monogamia consciente”), no se trata de juzgar, ya que todas las relaciones son válidas siempre y cuando estén basadas en el amor, el respeto, la comunicación y la verdad… sino de dar a” PAREJA” el significado y el valor que realmente se merece.
Pues bien, ahora que conoces la diferencia entre pareja y relación te hablaré de los modelos relacionales más habituales.
La monogamia tradicional, se ha mostrado disfuncional en muchos casos, con el paso de los años, ya que no se ha adaptado a la evolución de la sociedad. No hace tanto que nuestros abuelos, o bisabuelos se unían en matrimonio, no por amor consciente sino por tradición, con una forma de vincularse que hoy, no resulta saludable.
Y para muestra un botón, sólo hay que echar un vistazo a las estadísticas de divorcios y rupturas que van, cada día más, in crecendo.
Aún así tengo que decirte que, he oficiado bodas de oro dónde el invitado especial ha sido el amor consciente, así que no vamos a generalizar.
Es por ello que he decidido crear un nuevo modelo de relación de pareja: la monogamia consciente
La MONOGAMIA CONSCIENTE, es un nuevo modelo de relación de pareja basado en la plenitud, y no en la carencia, en el que ambos elegís la monogamia y a vuestra pareja conscientemente, sabiendo que estáis a su lado, respetando la exclusividad sexual y afectiva por elección y no por imposición.
En la pareja consciente, ambos os hacéis responsables de vuestras emociones y por tanto no esperáis a que vuestra pareja cubra las carencias o las necesidades del otro. En la monogamia consciente ambos aprendéis el uno del otro, porque sabéis que la pareja es una maravillosa herramienta de autoconocimiento y sanación.
En la monogamia consciente existe libertad, tal y como te expliqué en el post anterior (link)… pero una libertad bien entendida, desde el respeto al pacto que tengáis en la pareja.
Y esta monogamia consciente es la que recomiendo a mis hijos cuando me han preguntado acerca de cuál considero que para mí es la mejor opción.
Poliamor y relaciones abiertas
La tendencia hacia la apertura de las relaciones es cada día mayor, al igual que el número de personas a las que atiendo en consulta con mi Método MAC y que me comparten su sufrimiento ante la gestión emocional de este vínculo de relación.
Por si aún no conoces estos formatos de relación, la relación abierta se basa en una libertad sexual en el ámbito de la relación en que ambos pueden mantener relaciones sexuales con otras personas de manera consentida.
El poliamor va más allá, y no sólo acepta la libertad sexual sino también la libertad afectiva, por lo que, partiendo de una relación entre dos personas, se abre la posibilidad a nuevas relaciones paralelas en las que no sólo exista sexo sino también amor.
¿DESDE QUÉ LUGAR LO HAGO?
Este vínculo de relación abierta y poliamor se da en algunas comunidades y en otras culturas del mundo, y funciona. Lo importante de ello no es lo que se hace, el hecho de practicar la libertad sexual o afectiva, sino desde qué lugar se hace… cuál es la motivación para llevar a la práctica esta opción de relación.
¿Sabrías definir qué es la motivación? Etimológicamente, la palabra motivación, proviene del latin motivus (movimiento) y el sufijo -ción (acción y efecto), por tanto, la motivación es el motivo, aquello que nos hace pasar a la acción.
Pues bien, sigamos, el motivo para la acción en estas comunidades dónde funciona el poliamor o las relaciones abiertas, es ni más ni menos que el amor consciente, el amor en esencia. En estas culturas priman los valores, la responsabilidad del cuidado de unos a otros, el sentido de unidad, de que son uno con el todo, el respeto y el amor.
¿POR QUÉ ESTAS RELACIONES NOS LLEVAN AL CONFLICTO HOY EN DÍA?
Hemos intentado occidentalizar este concepto, este modus operandi relacional, sin éxito, porque no hemos tenido en cuenta el contexto en el vivimos. La nuestra es una sociedad intoxicada por estímulos de la industria cinematográfica de Disney, Hollywood y la pornografía. Así, no es de extrañar que vivimos las relaciones desde una falacia mental.
A través de imágenes hemos integrado creencias tan alejadas de la realidad como el concepto del príncipe azul, la pareja irreal o la sexualización del amor.
Y así hemos pasado de un extremo, de represión y monogamia tradicional que se ha mostrado disfuncional e insostenible en muchos casos, al extremo opuesto, que es el de la búsqueda de la gratificación absoluta.
Como sabes, los extremos nunca son buenos, debemos encontrar el equilibrio. Y no lo digo sólo yo. Maslow, con su pirámide de necesidades del ser humano, ya apuntaba a que entre las necesidades básicas se encuentra la homeostasis, o lo que es lo mismo, el equilibrio.
Por tanto, se está pasando, cada vez más, a una libertad que se identifica más con la moda y la huida del compromiso y la responsabilidad que con el amor consciente.
Mi propuesta es la monogamia consciente, que está basada en el amor consciente y el equilibrio; pues de este modo la homeostasis relacional reequilibra la relación de pareja, y familiar y se resuelven los conflictos.
“AMORIZAR” EL VALOR DE LA SEXUALIDAD
Otro de los aspectos a tener en cuenta es cómo se está viviendo la sexualidad. Obviamente, cada persona puede escoger la forma de hacerlo, pero sí es cierto que hay una tendencia creciente a sexualizar el amor, cuando lo ideal sería amorizar, o lo que es lo mismo “dar amor” y armonizar la sexualidad.
En los últimos tiempos, se está banalizando tanto el sexo, que está pasando de ser una potente herramienta de conexión, amor y comunicación para convertirse en la vía de muchas personas para conseguir la gratificación absoluta e inmediata que cubra sus vacíos emocionales.
Tratamos de des identificarnos del compromiso, la responsabilidad y los valores. Antaño, cuando nuestros abuelos adquirían un compromiso verbal, este era tan válido como hoy lo es un contrato legal. El valor de la honestidad y la verdad era muy elevado. Hoy en día esos valores sólidos se han ido disipando para dejar paso a un sistema de valores mucho más laxo, más flexible y en el que se diluye la consciencia del valor de los valores.
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